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Inteligencia Emocional

Que es Inteligencia Emocional y por qué es tan importante....

Inteligencia emocional es “la capacidad para reconocer sentimientos en un mismo y en los demás, y la capacidad para manejarlos” (Daniel Goleman, Emotional Intelligence, 1995). Según Goleman la inteligencia emocional es igual o más importante que la inteligencia real (la que viene determinada por nuestro CI) ya que sin un buen control de nuestras emociones, la mayoría de decisiones que tomemos pueden ser erróneas.

Hasta unos años atrás, las empresas seleccionaban lo candidatos mediante test CI ya que se tenía la idea que una persona con una gran inteligencia era mejor que una con un coeficiente menor. Esta idea ya no es determinante debido a que para ser un buen directivo no basta con la inteligencia real, sino que saber actuar en situaciones incomodas en las cuales las emociones nos invaden es una virtud muy demandada. Un profesional, directivo,… puede tener un muy buen expediente académico, pero debido a su falta de inteligencia emocional pueden ser torpes relacionándose con los demás, y debido a esto, pueden generar un ambiente negativo y poco gratificante en el entorno laboral.

Por este motivo, en los actuales procesos de selección se pone a los candidatos en situaciones límite para ver sus reacciones ante estas situaciones.

La Inteligencia Emocional incluye la Inteligencia Intrapersonal e Inteligencia Interpersonal. La Inteligencia Intrapersonal, se manifiesta en contactar con los propios sentimientos, discernir estos sentimientos y orientar la conducta. La Inteligencia Interpersonal se determina por la capacidad de liderazgo, la aptitud para relacionarse, mantener amistades y solucionar problemas sociales.

Los principales componentes de la Inteligencia Emocional son:

1) Autoconocimiento emocional: Se refiere a que es muy importante conocer nuestras emociones y como estas nos afectan. Hay que saber cuáles son nuestras virtudes y cuales nuestros puntos débiles.

2) Autocontrol emocional: El autocontrol evita que nos dejemos llevar por nuestras emociones en ciertos momentos. Los estados de ánimo varían muy rápidamente y lo que tenemos que controlar son los momentos en que no decidimos razonadamente sino que lo hacemos fruto del enfado, rabia,… Como muy bien dijo Aristóteles: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”.

3) Auto-motivación: Encaminar las emociones hacia un objetivo para de esta manera mantener la motivación y prestar más atención a la meta, en vez de a los posibles problemas que nos vayan surgiendo.

4) Reconocimiento de las emociones ajenas: El reconocer las emociones de los demás, ya sea una mala respuesta, un gesto, la expresión de su cara,… nos ayudará a establecer lazos más reales con ellos. El reconocer las emociones ajenas es el primer paso para entenderlas e identificarnos con ellas.

5) Relaciones interpersonales: Una buena relación con los demás es una de las cosas más importantes de nuestras vidas y de nuestro trabajo. Hay que saberse llevar igual de bien con nuestros amigos como con nuestros superiores.

¿Los directivos, empresarios, empleados se conocen a sí mismos?

La mayoría de las personas que asisten a un curso de Inteligencia emocional, acuden con la necesidad de mejorar su relación con los demás u optimizar su poder de influencia o persuasión. Sin embargo, no son conscientes de que para poder ser efectivos en este terreno, primero tendrán que conocerse a sí mismos y aceptarse. Ignoran que no se conocen. No saben quienes son realmente, se identifican con aquello en lo que están basadas sus creencias, sus valores, fortalezas y debilidades, sin analizar si estas les corresponden realmente o son importadas desde el exterior y aceptadas por ellos como verdades.

Como consecuencia de esto, no se hacen planteamientos en relación a su auto-motivación, su vida profesional o personal, a no ser que se encuentren ante una situación difícil, ante un problema o ante una crisis.

En general, cuanto más alto es el puesto del directivo, mayor es el desconocimiento que tiene de sí mismo. ¿Será que no ha tenido la necesidad?, ¿Le ha faltado el tiempo, o le ha sobrado temor, de ahondar en semejantes profundidades? O es que quizás ha vivido demasiados años en la carrera de conseguir los objetivos empresariales o profesionales, que no le ha dejado tiempo para definir sus propios objetivos vitales.

Basándonos en una frase muy conocida "La vida es como un eco, si no te gusta lo que recibes, ten cuidado con lo que emites", resulta importante hacer comprender a estos directivos, que conocerse implica entenderse y entenderse es un primer paso para aceptarse; y que sólo aceptándose pueden empezar a quererse, y quererse a sí mismos, es una condición imprescindible para relacionarse bien con los demás.

Sólo quien sabe por qué se siente como se siente, puede manejar sus emociones, moderarlas y ordenarlas de manera consciente. Trabajadas estas ideas en los seminarios se dan cuenta que el trabajo que les queda por delante, es una profunda reflexión de quién soy, qué pienso, qué siento, y cómo me comporto. Estas son preguntas básicas a realizar, para que entiendan qué les pasa y por qué les tratan como les tratan y causan el impacto que causan.


"Ríe aunque tu sonrisa sea triste, porque es más triste no saber sonreír"   -  Parte1